Siempre he pensado que el hombre es el mayor problema en este planeta,
no importa cuanto haga uno de ellos para mejorar las cosas,
siempre habrá dos o más que lo destruya e impida que progrese.
Es cierto, soy una de esas personas,
que sí, hace mal como cualquier otra, pero en un daño menor.
También es cierto que me duele ver como el mundo entra entre guerras,
visibles e invisibles, ¿a qué me refiero?
Cuando digo guerras visibles, siento que soy más clara y, si no, explico;
Son todas aquellas Guerras y Batallas que surgen entre hombres,
por razones un tanto tontas; tierras, dinero, poder, etc.
Cuando menciono las guerras invisibles me refiero, especialmente,
a esas batallas inmensas que hay entre el hombre y el animal.
El hombre busca ser superior de otro ser, ha inventado cosas que le ayuden a lograrlo,
mientras que el animal solo posee sus fuerzas y las ventajas que lleguen a surgir.
Literalmente muchos de los hombres piensa que es normal y/o natural
matar a cantidades inmensas de animales, que más da son animales ¿no?
Pero sí importa, ellos, aunque no puedan hablar, sienten y sufren como nosotros.
Las peleas entre animales son inevitables, uno de ellos tiene que sobrevivir,
pero ¿por qué un hombre pelea contra un animal por razones mas allá de supervivencia?
No me gusta cuestionarme cosas que sé, sin embargo, aveces,
solo aveces siento que si me cuestiono muchas veces algo la respuesta cambiará,
aunque sabemos que no es así, si fuera así, nos mentiríamos.
Matar para sobrevivir no es malo, lo malo es cuando se rompe el balance;
el balance entre matar para vivir y matar por liderazgo, superioridad.
La armonía de la vida se encuentra en ese difícil balance; matar lo necesario.
No soy vegetariana, no soy ecoambientalista, ni protectora en alguna asociación,
simplemente soy alguien que busca la razón de las cosas, su porqué.
Y simplemente el hombre es un animal que abusa de su razón y mata lo que desea
solo para llenar su ego y, claro, humillar a algo mas que un simple animal;
mientras el animal busca sobrevivir, aun por más feo que parezca.
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