Todos estos días han servido de mucho para verlo.
No hay tiempo en esta vida para siempre estar triste.
No es nada sencillo salir y enfrentarse al mundo.
Pero es tan necesario hacerlo, como respirar.
Evitamos confrontarnos a la vida por ¿miedo?
Pero hay momentos en toda la vida en que uno tiene que sufrir
y enfrentarse a todo lo que se nos presente, bueno o malo.
En los momentos malos, llorar, deprimirse, enojarse, etc...
Pero no dejarnos arrastrar por esos malos momentos,
que aveces parecen ser más fuertes que uno,
y sí, necesitamos de un largo o corto tiempo para superarlo,
pero no todo una vida.
Sentirse libre por expresar lo que uno siente
es una de las cosas que, para mi, me hacen feliz.
Cuando uno logra expresar aquello que lo atormenta
es como curar unas alas rotas que, cuando lo malo se ha ido,
pueda retomar el vuelo.
Los momentos buenos, suelen decir, son cortos,
es por eso que, con más razón, debemos disfrutarlos,
disfrutarlos de corazón y guardarlos como preciosos recuerdos.
He aprendido muy bien que cuando "caes",
NADIE en esta vida, ni la vida misma, te espera.
Es por eso que debemos enfrentarnos a todo ello,
cuantas veces sea necesario hacerlo.
Donde hay blanco habrá negro, evitemos ver todo negro,
al final siempre habrá un "blanco" que nos apoye en esos momentos,
o mejor aún, conviértete en ese blanco que necesitas.
A veces solo tenemos que ser introspectivos,
solo nosotros somos responsables de las heridas del alma,
solo nosotros tenemos el poder de dejarnos dañar.
Que las "heridas" se curen, también es nuestra responsabilidad.
Ser fuerte es válido, pero también lo es ser débil.
Lo que necesitamos para ser felices... eso, depende de cada quién.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario